sábado, 8 de diciembre de 2007

Cuando es Necesario Mentir...


Bueno, estos son algunos párrafos de un artículo de la revista Psychologies que me parecieron interesantes cuando los leí. Me hizo pensar cómo de cierto es o cuanto de acuerdo estoy con lo que dice. Me imagino que a todo el que lo lea puede pasarle lo mismo.


Nota: aviso, es largo, luego no vale quejarse cuando va por la mitad...



CUANDO ES NECESARIO MENTIR



¿Por qué asociamos la mentira con el engaño, con la manipulación y con la cobardía? La mentira nos parece lo más vil que pueden hacernos, algo que nos cuesta perdonar y olvidar. Pero, ¿qué pensaríamos si nos dijesen que las mentiras, a veces, son necesarias?


Eso es lo que afirmaba el escritor francés Anatole France cuando dijo: "Me gusta la verdad. Creo que la humanidad tiene necesidad de ella; pero tiene más necesidad aún de la mentira que la adule, la consuele, le dé esperanzas ilimitadas. Sin la mentira, perecería de desesperación y de aburrimiento". [...]



Lejos de ser una abominable tara, la mentira, en muchos casos, tiene una utilidad real. Más que juzgar si la mentira es legítima o no, ¿no sería más honesto el intentar comprender por qué mentimos?



Proteger al otro



"Mentir es una prueba de empatía -sostiene el psiquiatra francés Boris Cyrulnik, uno de los padres de la resiliencia-. Es saber que con una palabra, con un gesto, con una sonrisa, con una postura, voy a poder modificar las representaciones del otro y entrar en su mundo íntimo. Ponerse en el lugar del otro exige una gran preparación intelectual, así como saber mostrarse respetuoso con él. Los perversos, los psicóticos, no mienten porque los demás no le importan nada. El perverso dice lo que piensa y si duele, le da igual".



En esto coincide la psicóloga clínica Mila Cahue: "Mentir es una característica central de la vida. Se miente a los niños con los Reyes Magos; mentimos al familiar que va a sufrir una operación sobre el riesgo real al que se va a someter; mentimos con buena voluntad cuando no queremos que alguien querido sufra por algún acontecimiento doloroso e inevitable. La mentira, por lo tanto, no es siempre un acto censurable. A veces, una verdad a destiempo o con falta de tacto produce más dolor y perjuicios que una 'mentira piadosa'. El problema, como siempre, está en quienes abusan del acto de mentir en su beneficio y también en los que, en nombre de 'la verdad', se convierten en jueces de lo que es bueno para los demás".



¿Verdad o sinceridad?



Todos mentimos. Para protegernos, para proteger a los otros, para salvar una situación, para no perder algo importante para nosotros. ¿Esto es incompatible con esa exigencia que hay actualmente en nuestras sociedades de apostar por la autenticidad, la transparencia, la verdad? "Las opiniones son perspectivas personales, y esa será su verdad, pero no la verdad", sostiene Mila Cahue.



Mentir por educación o por omisión no nos impide ser sinceros. Efectivamente, la sinceridad no siempre tiene que ver con la verdad: todo depende de la manera en la que deseemos situarnos frente al otro. Pongamos el ejemplo de un marido, que por amor a su mujer y para no perderla, decide no confesarle que, en un momento de debilidad, le ha sido infiel. La psicóloga clínica Claudine Biland asegura que este hombre, "aún mintiendo, es sincero con respecto a lo que él considera su verdad más importante: el no querer hacerle daño a su mujer ni perderla. La mentira es en sí misma una verdad". Además, mentir "nos permite huir de las situaciones tensas y tener en cuenta los sentimientos de los otros en situaciones comprometidas", concluye Cahue. Por instinto de conservación.








Bueno, pues éste es en esencia el artículo. Ya digo, a mi me hizo replantearme el concepto de mentira, tanto el mío como el que la sociedad acuña a día de hoy. Y sinceramente, creo que el del artículo tiene mucho de razón...

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