lunes, 31 de diciembre de 2012

Siempre se sale adelante...




Este año que se va he aprendido muchas cosas, algunas de hecho hubiese preferido que se quedasen fuera de mi vida.

He aprendido que las enfermedades son una mierda, pero las degenerativas son mierda al cuadrado. Si encima tienes la "suerte" de convivir con una persona que las padece, suerte al cubo. Así que he aprendido que cuando muera, espero que sea de manera rápida, como sea pero rápido, no tanto por mi sino por los que estén a mi alrededor.

He aprendido lo jodido que es no tener una fuente de ingresos. Depender de alguna ayuda externa que te dan con retraso y sin asegurarte cuándo empiezas a cobrarla. Entender que si tú estás mal por eso, cómo no estarán aquellas familias que con lo que tú cobras, tienen que pagar facturas, comer, vestirse, etc. Así que he aprendido que puedo dar gracias al cielo cada día al levantarme por tener lo que tengo, aunque sea poco.

He aprendido que la gente es demasiado egoísta. Con los años ves que hay que mirar más por ti y un poco menos por los demás, o en igual medida si lo prefieres. He aprendido que hay gente que te utiliza para sus intereses y cuando los satisfacen, te abandonan. He aprendido que lo que hoy es eterno, mañana no existe. He aprendido que hasta del sexo puedes llegar a cansarte. He aprendido que tienes que decir las cosas claras desde el principio o puedes hacer pensar lo que no es. No hablo de descaro o grosería, hablo de sinceridad y educación. 

He aprendido que se puede fingir una amistad. Y un amor. He aprendido lo ruin puede llegar a ser alguien que se hacía llamar tu amigo. Cómo de cínica puede llegar a ser una relación. He aprendido que hay gente que no mide sus actos y que se marcha de tu vida sin importar lo que dejan en el camino. Gente que te hace sentir como una reina para luego desaparecer; que se va a vivir contigo y de repente decide marcharse; relaciones que en cuanto ven una puerta de salida, se marchan sin dar explicaciones y sin intentar recuperar lo que tanto tiempo costó construir; relaciones que se rompen y cuando quieren volver, ya es demasiado tarde. 

Pero este año también he aprendido que hay cosas bonitas: enfermedades que quizás no se curan, pero no avanzan. Personas que se llevan meses y años buscando trabajo y lo encuentran. Parejas que se consolidan y deciden casarse. Bebés que nacen y se convierten en la luz que guía una vida. Gente que sin proponerselo, acaba siendo un punto de apoyo en tu vida, aunque solo sea por escucharte una noche mientras te desahogas.

Y es que siempre hay que quedarse con lo bueno, por poco y pequeño que sea. Si tienes cien cosas malas y solo diez buenas, céntrate solo en esas 10. Es difícil pero te salva del resto de basura que te rodea.

Como siempre, me quedo con la frase que aprendí hace unos años y que me encanta:

EN EL NUEVO AÑO OS DESEO TODO Y NADA: TODO LO QUE OS HAGA FELIZ Y NADA QUE OS HAGA SUFRIR :)

Y recordad, un año en el que no has llorado con dolor y reído hasta llorar, es UN AÑO PERDIDO.

Feliz 2013

M.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Correcto...

- ¿Por qué me atrae una persona que se que no es buena? 
- Creo que yo se la respuesta. Porque esperas estar equivocado, y cada vez que ella comete un error y algo te dice que no es buena no haces caso, y cuando se porta bien contigo y te sorprende, vuelve a conquistarte y acabas descartando la idea de que no te conviene. 
- ¡Exacto! Y además está el viejo dicho "no puedo creer que una chica como ella quiera estar con un tío como yo". ¿Por qué siempre me enamoro de la chica mala? 
- Tú no sabias que fuera mala. 
- Sabía que no era buena. 

"The Holiday."

lunes, 5 de noviembre de 2012

Todo pasa y todo llega...

Cuando en una ruptura (sea sentimental, amistosa o de otro tipo) nos hacen daño, no podemos evitar pensar en que esa persona también lo pase mal, que sufra lo mismo que nos está haciendo sufrir a nosotros. Eso no nos hace malas personas, simplemente es un mecanismo de defensa, una manera de liberar el dolor que tenemos. Y todos hemos caído en ese estado alguna vez en la vida; la lógica no nos permite entender porqué esa persona a la que tanto hemos querido o por la que hemos sentido algo tan fuerte es capaz de herirnos, de ver que sufrimos y no hacer nada al respecto. 

Con el tiempo, ese sentimiento desaparece y dejamos de desear el mal, no deseamos nada de hecho, nos da igual lo que le ocurra a quien sea. Es cuando te das cuenta de que has pasado página. Y ese sí que es un buen sentimiento.



M.

martes, 7 de agosto de 2012

Y como ésta, miles...


- ¿Duermes?. 
+ Dime. 
- Nada, no podía dormir. 
+ ¿Calor o cabeza loca? 
- Cabeza y que no tengo sueño. 
+ Pues vaya combo. Yo tampoco tengo sueño pero tengo demasiado calor para quedarme en el pc.[...] ¿Y qué es lo que te pasa? Baja y échate un chupito. 
- Pfff, se empieza así y se acaba en AA. 
+ ¿AA? ¿Como las pilas? 
- Sí, pero ya gastadas. 
+ Jaja.. Sigues con lo mismo... Pensando que por qué no te cuenta las juergas que se está corriendo, ¿no?. 
- No se si está de juergas, no se nada de hecho. 
+ Si está de vacaciones, ¿tú que crees? Santo no será. 
- Puede hacer lo que quiera, claro está. 
+ Y si no sabes nada mejor para ti, porque si tienes que hacerte una vida sin él, mejor así. 
- Si esto es lo mejor... 
+ Lo mejor que él te da, así que tendrás que pasarlo para volver a tu ser, son altibajos; éste es por el sueño, se te pasará y ni te acordarás. 
- No quiero más bajos, yo estaba bien hace una semana, pensaba en el tema y no me dolía, no entiendo por qué ahora sí. 
 + Pues los bajos los vas a tener, precisamente por lo que dices, porque no pasas del tema, te resistes. 
- He dicho pensaba... y no paso pero me había acostumbrado y era capaz de estar bien, aun rodeada de cosas y gente que me recuerdan a él. 
+ Pues es la diferencia entre pasar página y acostumbrarse. No es lo mismo vender un coche que aparcarlo hasta que lo vayas a usar; puedes estar con gente relacionada pero te creas recuerdos propios, no son él, el recuerdo es mínimo, son amigos y tienes la cabeza en otra cosa, si estuviera sería diferente. 
- Claro, por eso digo que estaba bien. 
+ Pero el problema es cuando estás sola, no con gente (relacionada o no). Por eso digo que mientras te resistas o no te aclares a tomar una posición fija, con cualquier tontería vas a ser capaz de darle mil vueltas. 
- La posición fija... 
 + Pues sí, fija, porque ir dando bandazos es ganas de hacerse el doble de daño y no es daño compartido, es unipersonal. 
- Ya estamos... Es que me hace gracia, la facilidad de decir "estas así porque quieres". En fin, nunca lo entenderé. 
+ Nunca he dicho que sea fácil, pero ver que él pasa y tú sigues esperando, tampoco me gusta. Si quieres te animo a esperarle, pero no es lo que me da a entender su comportamiento. 
 - Que no es cuestión de espera, aunque no espere es algo no resuelto que me hizo y me hace daño. ¿Piensas que por que diga: ea, ya no espero... se va a solucionar? ¿Voy a ser feliz de repente? 
+ Zánjalo, alguna forma debe haber. 
 - Si lo supiera lo habría hecho ya. 
 + ¿Qué es lo que debes zanjar? 
- Ah no se, eso lo has dicho tú. 
+ Tú has dicho: " algo que me hizo"... 
- El dejar de hablarme, el desaparecer. 
+ ¿Y por qué no tomas eso ya como que él lo ha zanjado? Porque es lo que parece... Simplemente se hartó del juego, no quiso seguir con eso y terminó sin dar explicaciones. Todo habla "maravillas de él" aunque tú digas que no es un cabrón o un loco. 
- Para mí el cabrón es el que hace daño conscientemente. 
+ Ah... ok. Y pasar de ti, sabiendo lo que sientes por él, de paso dandote esperanzas, no entra en ese club, ok. Tendrías que empezar a preguntarte por qué yo lo veo así y tú no. Será que a mi no me gusta pero la verdad suele ser más parecida desde la visión de otros. Y ahora no me digas que no lo sabe porque todos lo saben. 
- Claro que lo sabe. 
+ Sabe conscientemente que te hace daño porque tú no lo ocultas, sea por donde sea, así que lo hace una y otra vez, no ya pasando sino diciendo "ya te avisaré...". Si no vas a hacerlo, no se dice eso a una chica que le molas. Pero tú te empeñas en perdonar todo porque... no sabes el por qué. Qué importa el por qué cuando los hechos hablan. Solo importa cuando se quiere escuchar algo que te haga perdonarlo, buscas desesperadamente perdonarlo y yo creo que no se lo merece ni se lo ha ganado, ya te lo dije. 
- Yo siempre acabo perdonando, aunque no deba a veces. 
+ Es cierto, pero eso va con el rollo de estar de buenas o malas. Esto no es eso, es otro nivel. Se puede perdonar para amistad pero hasta ahí, no es lo que tú buscas. 
- Da igual lo que busque, no tengo nada. 
+ Tienes pero buscas en aguas estancadas y un pez muerto siempre va a estarlo por más que esperes a que dé una bocanada. 
 - ¿Qué se supone que tengo? 
+ Aparte de todo y todos los que te rodean, y lo que te queda por conocer, tienes algo que te abre todas las puertas y esa eres tú. Embelesas a todos, no hace falta que te lo demuestre, pero siempre buscas donde no debes. 
 - No has entendido entonces, no me refería a eso. Y con respecto a lo que acabas de decir, embeleso a los que no me gustan, a los que tienen pareja o a los que solo quieren sexo así que dime tú de qué sirve. Para eso mejor que nadie se fije... 
+ Bueno, eso es otra conversación diferente que otro día seguiremos discutiendo. Si el problema no es lo que hagas o no, sino en quién te centras. 
- No se me ha presentado ni uno válido, no jodas. Dime uno solo valido. 
 + Pues entonces pasa hasta que des con uno, pero no te empeñes cuando está podrido desde el principio [...] Lo que te quiero decir es que a veces hay que pensar fríamente y descartar antes de que el cerebro se ponga en funcionamiento y cree una obsesión que haga pensar que necesitamos imperiosamente a esa persona. 
- En fin, si la razón la llevas pero no me siento mejor. 
 + Claro que no, porque no te lo propones. Querer no quieres estar así pero tampoco te propones terminar con lo que te hace estarlo. 
- ¡Pero si más no puedo hacer! Que tengo cero contacto, no existe, no es que hable a diario con él y por eso no avanzo. 
+ Sigues esperando a que te diga: "Estoy en tal sitio, ¿vienes?" 
- ¿Y? 
+ Pues ahí tienes la clave, si sigues con eso da igual la relación que tengas, tú lo mantienes presente, es como si habláseis todos los dias. Te lo dice: responde "no, no puedo ir". Así siempre. Entonces adiós a todo esto que te pasa. Cuando dicen que el tiempo lo cura todo, es tiempo mental, no material. Por eso te sientes bien cuando no piensas en él. Mientras no trabajes en ese tipo de tiempo... nada. Siempre te lo digo: o te despides por completo de él o te lanzas a muerte y pegas la superhostia (o no) pero así es un falso "standby" que sirve para días como el de hoy. Tú verás... 
- Sigo sin tener la respuesta. 
+ Esperas a que te la de él, es decir, eliges "standby". Ya sabes lo que hay. 
- No espero nada de él, espero que se me pase, solo eso. 
+ Y vamos, a lo que te he planteado nada tiene que ver él, es tomar una decisión y acarrear con ella. Esperas pero no mantienes; son ganas de que el día que pienses que lo tienes superado, venga y empieces de cero. 
- Pues a lo mejor viene y no empiezo de cero, también puedo creer eso y no en lo que tú dices. 
+ Claro, yo te doy mi opinión. [...] Será que no doy en la tecla o que no soy el tipo de amigo que necesitas pero me siento incapaz de ayudarte tal y como estás. 
- Los amigos no resuelven los problemas, eso lo hacemos solos. 
+ Ya, pero me jode que aun estando siempre tan jodida acabes pensando que la posición en la que estás ahora mismo es la mejor...

M.

miércoles, 20 de junio de 2012

Deudas...

Entre faros y aviones paso mi vida; si llego a saber que solo pensabas hacer escala jamás habría encendido la luz. Sigue tu viaje a ninguna parte. 

M.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Maldito imán....

Cuánto más aprieto los tornillos de esta unión más me alejo. Rascando el óxido seré capaz de ver el número de serie que traes de fábrica. Pero no dudaré en volver a meterte en agua y ponerte a secar para que vuelvas a tener esa capa color ocre que te hace sentir seguro. En el fondo, he de reconocer que yo también me he acostumbrado a ella. 

 A pesar de que seguimos sin comprender las interferencias que nos enviamos, echaría de menos el ruido ambiental que se crea. El descodificador que antes fallaba conseguiste arreglarlo pero aún se está reiniciando. Juro que estaré a tu lado mientras vemos las luces aparecer.

M.

 

domingo, 20 de mayo de 2012

Alguien en una terraza ha gritado TE AMO (L)

Cuando conseguiste abrir los ojos, la lluvia de gominolas aún no había cesado. El paraguas de caramelo que te regalé sirvió para resistir los golpes. Y te empeñaste en hacerme creer que tus palabras bañadas en dulzura solo eran amistad. Y cuando yo empecé a creer, te arrepentiste de haberlo hecho, pero ya era tarde; encontré otra tienda de caramelos que no se creían bombones sin serlo. 

¿Qué hacemos si tengo el corazón envuelto en algodón de azúcar? No elegí ser así, ya quisiera tenerlo protegido como una manzana de caramelo, pero no. Deja de echarme polvos pica-pica, que escuecen. 

A veces creo que soy una máquina de las que echas una moneda y da un caramelo. Pasa y sírvete. Pero no vuelvas hasta que te apetezca otro, ¿eh? total, mientras tú estés feliz, yo me consuelo con tu visita eventual...

 

Qué bonita eres. 

M.

 

martes, 15 de mayo de 2012

Chorreando de tristeza...

- ¿Qué le pasa en los ojos? - Preguntó Creb -, ¿Está enferma?
- Ha creído que no la quieres. Pensaba que te habías enfurecido contra ella. Sin duda eso la ha puesto enferma. Quizá los ojos tan claros como los que tiene ella sean débiles, pero no puedo encontrarles nada malo y dice que no le duelen. Creo que sus ojos han chorreado de tristeza, Creb - explicó Iza.
- ¿Tristeza? ¿Se puso triste porque pensó que yo no la quería, y eso la puso enferma? ¿Hizo chorrear sus ojos? 

El clan del oso cavernario.

miércoles, 9 de mayo de 2012

miércoles, 11 de abril de 2012

And that was the end of the story...




Así que este es el final de la historia
Todo lo que teníamos, todo lo que hicimos
Está enterrado en el polvo
Y este polvo es todo lo que queda de nosotros...

Sin embargo, pocos son los que se preocupan
A pesar de que las señales eran claras, no tenían ni idea...
Te acostumbras a vivir con miedo
O a renunciar
Cuando ni siquiera puedes imaginar tu futuro...

Caminamos por la borda con los ojos bien abiertos...

Algunas personas ofrecieron respuestas
Hacíamos como que oíamos, pero eran solo palabras que no tenían sentido para cambiar la forma en que vivíamos...

Y lo más triste es que todo esto podría haberse evitado...
Pero era como si dejar de consumir fuera dejar de ser humano
¿Por qué iba yo a hacer un cambio si tú no lo hacías?
Estamos todos en el mismo barco, manteniéndonos a flote... Por el momento...

Y caminamos por la borda con los ojos bien abiertos, nosotros...

Y ese fue el final de la historia...

lunes, 26 de marzo de 2012

¿Qué quieres realmente...?

Es posible que las unicas 3 frases tuyas que no leí son las que dan sentido a tu vida y no a la mia, o si, vete a saber... Que ni tu ni yo vemos solución a nada, solo seguimos la corriente. Y yo quiero irme de aquí para no pensar en nada pero no lo haré si no te llevo bajo el brazo. Porque en todos los labios que beso busco siempre la misma boca y no encuentro tus ojos nunca en ninguna otra mirada...



Dejad de preguntarme en qué día morí...

M.

lunes, 19 de marzo de 2012

Día sí, día no....

Tengo la garganta seca de no nombrarte, me sangran las ideas de no pensarte y si te pienso mi cerebro sufre cortocircuitos tan dolorosos que solo es comparable al marchitar de una flor. Si me pisas crujiré como una hoja seca que decidió un día no hacer más la fotosíntesis por miedo a que todos siguieran diciendo lo preciosa que era sin que nadie se la quisiera llevar a casa para cuidarla. Y el caso es que me derrito si me miras con ojos de amor. Claro que lo se, los inventé yo.

M.

sábado, 11 de febrero de 2012

Que nunca llevo el corazón encima por si me lo quitan...

Siempre a contracorriente, joder. ¿En qué momento dejé de decir siempre lo que sentía o pensaba? ¿Quién o qué cojones ha hecho que eso cambie? No se de qué manera ni cuánto me va a costar, pero volveré a hacerlo. Siempre es el momento, lo que a veces falla es la situación así que busquémoslo.



A mordiscos la vida sabe mejor.

M.

viernes, 3 de febrero de 2012

Somos nubes, no más...



Ni siquiera me di cuenta de la situación hasta que el chico del gorro verde se sentó a mi lado, pidiendo con educación si podíamos compartir la mesa. Asentí con una sonrisa como respuesta, la misma sonrisa amable con la que él encargaba al camarero un café caliente.

Hasta ese momento no me sentí como la protagonista de una historia, sentada en una cafetería de Paris donde a través de las vidrieras se puede ver la Torre Eiffel. Apoyé el libro sobre la mesa y aproveché la presencia del camarero para pedirme otro café. Absorta en la cristalera, solo escuchaba de fondo la campanita que tintinea cuando se abre o cierra la puerta.

En un impulso, cogí el libro y lo abrí por la contraportada. Allí seguía la flor seca que me había dado hace unas semanas como señal para la siguiente vez que nos viésemos. Debí poner una cara entrañable, ya que escuché una risilla del chico del gorro verde al otro lado de la mesa.

La flor se había secado extrañamente rápido y sin embargo conservaba el olor del primer día. Incluso el libro se había impregnado. Solo el olor de los cafés recién preparados se mezclaba con el de la frágil flor, creando un ambiente cálido y placentero. De reojo, vi como el chico del gorro verde mordisqueaba una galleta, no con mucho entusiasmo la verdad, mientras miraba la cristalera y el gentío que pasaba.

- Parece que fue ayer cuando te vi desde fuera con tu libro y tus tazas de cafés ocupando toda la mesa – dijo el chico del gorro verde, sin apartar la vista de los cristales.

- Parece que fue ayer cuando me pediste que no dejara de venir los miércoles a pasar la tarde a la cafetería. – contesté.

Ninguno de los dos fue consciente de todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Sin embargo, allí estábamos, yo con mis aires de chica de ciudad pequeña que intenta descubrir otros lugares y él con los suyos de chico cosmopolita de urbe grande. Seguramente esa fue una de las razones por la que nos seguíamos viendo: yo disfrutaba aprendiendo y él mostrándome los rincones escondidos de Paris. Aun así, nos seguía gustando jugar a encontrarnos en los bares, casi por casualidad, aunque en el fondo sabíamos que una fuerza como la de los imanes nos atraía continuamente el uno hacia el otro...


M.

jueves, 2 de febrero de 2012

Sal con una chica/o que no lee...

Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero sólo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.


Charles Warnke





Todo para ti, McFly ;)

lunes, 16 de enero de 2012

When love is real, you don't have to show it...

Una de las canciones más bonitas del mundo :)

viernes, 6 de enero de 2012