jueves, 5 de noviembre de 2009

Aunque diga mil palabras ninguna es suficiente...



Había una vez un Principito que tenía una preciosa corona. Un brujo malo y envidioso lo encerró en una torre, de donde no podía salir. El niño se encaramaba a lo alto de la torre y daba cabezazos contra los barrotes para que le oyeran y vinieran a liberarle. No le soltaron nunca y murió allí en la torre, pero el ruido que hacía con la corona y que abarcaba kilómetros y kilómetros era un sonido tan hermoso, que desde todos los lugares los hombres se paraban a escucharlo, tendiendo las manos hacia el viento o intentando recogerlo en sus brazos...

2 comentarios:

McFly dijo...

¡Qué triste! Solo y sin una pu** aspirina que llevarse a la boca. Su princesa de telediario se quedó soltera, y pudo volver a casarse (para poder volver a separarse), pués para eso era nieta de un taxista que nunca había salido en monedas. Ya lo decían algunos en el reino: lo único que tenía esa princesa de azul eran unos preciosos pantalones que le hacían un culito de miedo.

(Me ha encantado. El Paint no tiene secretos para ti, ehh??)

MyRiaNa dijo...

Jajajajajajajajaja

El maravilloso mundo del paint xDDD