domingo, 7 de noviembre de 2010

Castigada en el rincón de pensar...

En la vida siempre hay que elegir. Decidimos dejar atrás unas cosas por otras que consideramos nos van a llenar más. Es la experiencia la que nos va demostrando las consecuencias de nuestros actos y decisiones.

Siempre estamos decidiendo y eligiendo, incluso cuando acordamos no decidir, cuando no queremos pensar. A veces elegimos rápidamente, obedeciendo más a un impulso que a la razón, quizás sin meditar demasiado las consecuencias. Otras veces, habiendo pensado bien las consecuencias y creyendo que no hay más posibilidades, bien porque no las ves, bien porque te han dicho que no las hay. Pero siempre estamos expuestos a diferentes opciones, así es como vivimos, como vamos dibujando nuestras vidas.

La parte difícil llega cuando tomamos una decisión, la llevamos a cabo y después pensando crees que la más acertada habría sido otra. En ese momento, vuelves a replantearte las cosas, vuelves a poner las cartas sobre la mesa e intentas reconducir los hechos. Reconstrucción nunca fácil pues hay que empezar de cero de nuevo o continuar con el añadido de que ya has marcado parte del camino. Volvemos a decidir.

Quien me conoce sabe que soy cabezota y que si me propongo algo, al final, suelo conseguir lo que quiero. Quizás en vez de tardar X tiempo, tardo X+1, pero lo tengo. Si mi pena es tardar más en conseguir lo que quiero por hacerlo bien y enmendar los errores, la cumpliré encantada.

M.

No hay comentarios: