C lo atrajo detrás de una columna y lo besó en la boca. Recorrió sus labios con la punta de la lengua. Se besaban en cuanto se les presentaba la ocasión: en la iglesia, en el mercado, cuando se encontraban en la calle y, lo mejor de todo, cuando la visitaba en su casa, a solas. Vivía únicamente para esos momentos. Besarla era su último pensamiento antes de irse a dormir y el primero al despertar. [...] Le gustaba mirarla mientras ella le contaba una historia o le explicaba algo, gesticulando, con expresión divertida o asombrada, metiéndose en el papel. No obstante, lo que casi siempre esperaba era ese momento en que poder robarle un beso.

Un mundo sin fin.
3 comentarios:
Los besos pueden tener tantos sabores diferentes... pero recibirlos y corresponderlos siempre es un placer
De los medios de comunicación
de este mundo tan codificado
con internet y otras navegaciones
yo sigo prefiriendo
el viejo beso artesanal
que desde siempre comunica tanto...
(Mario Benedeti - "Mass Media")
Por acatar que lo que tenga que pasar sucederá, que tal vez en otoño sea el tiempo del amor o que en febrero nazca el niño que nos salve de tanta normalidad.
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