Imagina que tienes una semilla, pequeña, en la que confiabas pero que no te mostraba una imagen segura de futuro; aún asi, te decides, confías y la riegas durante días, la abonas para que llegue a ser una planta fuerte y soporte todos los fenómenos meteorológicos... pero el día que lo consigue, le echas veneno y se pudre al instante.
¿Me explicas para qué la regabas entonces?

Que cada uno cargue con su culpa y asuma las consecuencias de sus actos. Pero por favor, daño gratuito no.
Que engañada he estado. Yo moviendo cielo y tierra por no hacerte daño, porque no te lo merecías y mira por donde me sales... Y a quién diga que un amor no se olvida en tres meses, que venga y me pregunte, que se lo explico...

He buscado la canción más triste del mundo, y después de mucho pensar, ahora mismo coincide con la de la entrada anterior. Cancion de bienvenida y despedida. Irónico, ¿no?