lunes, 10 de enero de 2011

Ardieron de placer...

Recordó en ese instante las palabras que algún día John le había dicho: "Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente, y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso y que muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte..." Tita contuvo su emoción. Ella no quería morir. Quería experimentar esta misma explosión de emociones muchas veces más.

Éste sólo era el inicio...

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