domingo, 6 de febrero de 2011

Maybe the time is right...



No me gustan las medias tintas. Hay quien disfruta con ese juego, y mientras nadie se moleste puede ser hasta divertido, pero llega un momento en que NO. Las cosas claras siempre salen mejor.

La gente cambia. Las circunstancias cambian, por lo tanto las personas cambiamos ante ellas. Hoy puedes pensar y actuar de una manera y mañana encontrarte otra situación en la que ya no lo harías igual. Y eso es bueno. Adaptación al medio que se dice. Cambiar de opinión esta bien, no nos hace ser peores personas ni falsos. No hay nada que diga que si eliges blanco, siempre tiene que ser así. De hecho, casi es mejor decir siempre gris e ir subiendo o bajando la tonalidad en función del momento.

Uniendo ambas cosas, esta bien que se cambie de opinión pero déjalo siempre claro. Si me dijeras las cosas no sacaría mis propias conclusiones. La gente suele quejarse de quien tiene a su lado, "esquemiraloquemedice" "esquenomehacecaso", "esqueloqueyoquieroes..." Vamos a ver, si quieres algo, DILO. Sino, no pretendas que nadie lo adivine, porque a día de hoy lo de leer mentes no está demostrado.

Normalmente digo las cosas como las siento. Creo que así me ahorro tiempo y disgustos. Por desgracia, hay hechos que nos hace retraernos y cambiar ciertas actitudes que tenemos adquiridas, llegando incluso a pensar que estábamos haciéndolo mal. Sin embargo, después te das cuenta de que no tenemos que cambiar por los demás, sino en función de como nos sentamos mejor nosotros mismos. Siempre lo digo, daño gratuito no, pero también hay que mirar por uno mismo. Si no te digo algo, que sea por decisión propia, no porque piense que con ello te vas a enfadar o alejar. Quien se molesta porque alguien le dice lo que siente, es que no merece la pena. Por lo tanto, mejor dejar de perder el tiempo y aclararlo todo. Ni yo te hago perder el tiempo a ti ni tú a mí.



¿A que jugamos? De acuerdo, las reglas estaban puestas, pero esto ya no es como era. ¿Donde dije digo digo diego? ¿Y ahora qué? A mí este dulce empieza a saberme amargo. O le pones azúcar o espero que me traigan otro caramelo. Tú decides. Nadie te obliga a comértelo pero no quiero pasteles mordidos. Ya te lo dije. No quiero pastel de un bocado. Si me quedo con éste, quiero que me dure. Sino, no lo quiero.

M: yo es que me quiero muy poco...
X: eso es porque yo te quiero mucho (L)

M.

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